CUANDO LOS DINOSAURIOS DOMINABAN LA TIERRA
Hoy es un día de fiesta, un día en el que la esperanza renace, ya que tras varios años de "colaboración" de la AEP (entidad a la que están afiliados unos 9.000 pediatras) con varias marcas de galletas azucaradas (Dinosaurus® y Tostarica®) y de cereales chocolateados (Chocapics®), he constatado en los supermercados que ya no ostentan el sello que daba un aura de salud y confianza a un producto prescindible con altas dosis de azúcar. Fuentes cercanas a la organización interna de la AEP me confirmaron ayer mismo por correo escrito que estos acuerdos cesaron en junio de este año, por lo que es probable que hubiéramos visto aún, algunos paquetes de galletas durante el verano con el dichoso "sellito" que confundía a miles de familias ya que consideraban que con ese sello, el producto tenía que ser por fuerza, saludable; esto no me lo invento yo o los profesionales que hemos denunciado esta colaboración, sino que es el testimonio de decenas de pacientes que lo han confirmado en mi consulta cuando se les ha preguntado: ¿Por qué compraban esas galletas o cereales y no otros productos similares?
No solo ha desaparecido el sello de los paquetes de las marcas mencionadas sino que también ha desaparecido de las webs corporativas donde también estaban (Artiach y Cuétara, pertenecientes al grupo Adams Foods) aunque queda algún rescoldo seguramente por despiste y es de esperar que se retire también el sello en esas pantallas; en estas webs, no obstante, quedan aún juegos y sorteos para hacer atractiva la compra del producto, algo con lo que sigo sin estar de acuerdo por incumplir claramente el codigo PAOS, en el que se insta a las empresas a no promover un consumo excesivo de los productos que publicitan mediante dibujos, personajes o situaciones en las que se presuponga el crecer más, tener más fuerza o ventajas sobre otros alimentos por consumir sus productos; pero esto ya es otro tema, con el que tendremos que seguir lidiando.
No sé si esta desaparición se ha producido: 1) por la firme voluntad de la AEP de rectificar de una postura que avergonzaba a miles de pediatras, dietistas-nutricionistas (qué duda cabe que ellos han sido los más combativos en las RRSS) y, en general, a la inmensa mayoría de sanitarios; 2) por el acatamiento de los dictámenes de la OMC (organización médica colegial); o 3) por haber finalizado el tiempo acordado por las entidades implicadas en las colaboraciones. El caso es que si se ha terminado el plazo, dichas "colaboraciones" se han suspendido; y si no se había acabado -era algo que clamaba al cielo- la AEP no ha hecho más que cumplir con su deber, como entidad que representa a un gran número de pediatras. Sea cual sea el motivo la AEP no debe esperar ninguna felicitación ni palmadita en el hombro, ya que únicamente ha cumplido lo que la OMC (organización médico colegial ) había dictaminado. Lo triste del caso es que, salvo que no haya sido yo capaz de encontrarlo, no se haya publicado un comunicado oficial que explicara el cambio de actitud o la no renovación de los acuerdos por haber prescrito el tiempo acordado. Esperemos que nunca jamás tenga que repetirse otro escándalo mediático y el apercibimiento y amonestación de la Organización Médica Colegial a una sociedad médica que pueda poner en duda el juramento hipocrático:
"Practicaré mi profesión con dignidad y conciencia. La salud de mis pacientes será la prioridad de mi trabajo..."
Quiero agradecer a todo el colectivo de dietistas-nutricionistas y de pediatras, la ingente labor que desde hace más de un año ha hecho para conseguir que ese sello no esté donde nunca tenía que haber estado, pero en especial a Julio Basulto que dio la cara en los medios, recibiendo incluso insultos por denunciar públicamente esa desafortunada colaboración. Julio, con la potencia que caracteriza a su incansable trabajo por la salud pública, recogió y amplificó las quejas que Laura Saavedra inició en febrero del 2015 y Pepe Serrano, Álex Oncina y Miguel Lurueña entre otros buenos profesionales, mantuvieron activas. También es encomiable el trabajo desarrollado por Francisco Ojuelos (Crítica Procesal) y de Jesús Soria (Ser Consumidor) por apoyar, sustentar, dar cuerpo y amplificar el mensaje que los sanitarios necesitábamos comunicar a la sociedad. Juan Revenga y Aitor Sánchez, gladiadores de importancia capital en el panorama nutricional de este país, también han arremetido contra cualquier sello que se coloque donde no debería de estar o cualquier otro acuerdo extraño o ilógico entre asociaciones sanitarias y empresas productoras o distribuidoras de productos no saludables : aquí y aquí. Me dejo a otros muchos actores en este sainete que nunca tendría que haberse escrito, pero los podéis encontrar aquí en una lista muy amplia.
Como no todo puede ser tan bonito en este mundo en el que vivimos, ahora resulta que hay otra asociación pediátrica (con menor número de afiliados y de la que desconocía su existencia) que recientemente ha puesto su punto de mira en ActimelKids® y en un Colacao® "adaptado" por "pediatras" según reza su publicidad en el envase. Los pediatras que yo conozco están ayudando a niños con neumonías, cardiopatías, nefropatías, procesos neurológicos, leucemias, púrpuras trombopénicas, viriasis de todos los colores...además de administrar o indicar vacunas, dar consejos nutricionales y de puericultura en las revisiones del niño sano que intenten revertir las terribles cifras de exceso de peso que tenemos...trabajo no nos falta... pero casualmente no conozco a ninguno que esté "adaptando" preparados azucarados que pueden contribuir precisamente a mantener o a aumentar esas cifras . Espero que esta colaboración acabe lo antes posible y desde esta humilde tribuna conmino a los responsables de la SEPEAP que cumplan la resolución de la OMC al respecto.
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