Frutas para jugar y aprender a comer
Hoy os voy a contar una pequeña historia. Todos conocéis los problemas que tienen las familias a la hora de presentar frutas y verduras a sus hijos para que puedan ser atractivas y sean pedidas, exigidas, solicitadas...por delante de productos ultraprocesados repletos de azúcar y grasas insanas, de nuestra "amiga" la poderosa industria alimentaria. Una de las estrategias más efectivas, a medio y largo plazo, sobre todo, es que tanto nosotros, los pediatras y dietistas-nutricionistas, como los padres, demos ejemplo teniendo en casa a mano y comiendo con frecuencia (sin hacer alarde de ello) fruta apetitosa. Pero hay más...
Mi amigo Joan (gracias a su madre por ayudarme a divulgar buenas noticias) estaba esta mañana en mi consulta jugando con una divertida pera de madera en la que había agujeros bien diseñados para que un simpático gusanito pudiera pasar por ellos de maneras diversas. Tenía algo de tos, nada importante, pero se le veía tan feliz con su juguete que no me resistí a preguntarle si le gustaba comer peras, peras parecidas -pero sin agujeros ni gusanos- a la de pera de madera con la que estaba tan entretenido. La respuesta no se hizo esperar y me dijo con su vocecita (algo menos angelical de lo habitual por el proceso catarral que tenía) que sí, que le gustaban mucho. Le contesté que me alegraba de que le gustaran las peras, pues a mí no me hacían tanta ilusión como otras frutas (no hay que mentirles, pues es la pura verdad) pero lo que más me intrigaba, en esos momentos, era saber si su afición a tan saludable fruta se debía a haber jugado mucho con la de madera o si la adquisición del juguete era consecuencia de su amor por dicha fruta. Evidentemente, esta pregunta la dirigí a su madre que me la respondió de manera rápida: primero fue el juguete y después se aficionó a comer peras. Seguimos...
En más de una ocasión, han circulado por RRSS, imágenes de pequeños juguetes con forma de alimentos para organizar fiestecitas o cocinitas, pero si han sido expuestas a la opinión de la comunidad tuitera o feisbuquera, es precisamente por ser representaciones de comida "fast food" o, como a mí me gusta más llamar, "junk food", esto es, comida basura: franfurkts, botes de kétchup, patatas fritas en paquetes tradicionales, hamburguesas con sus panecillos blandos, latas de cola, etc.
Con todos estos argumentos lo que quiero expresar es que para combatir la "okupación" de nuestro horizonte diario con productos insanos, además de poner al alcance, tanto en casa como en nuestro trabajo, frutas en buen estado y atractivas, podemos influir en la conducta alimentaria de nuestros hijos, comprando juguetes en forma de frutas y verduras, normalizándolas en multitud de juegos de cartas, de simulaciones, de cromos, de promociones y, evidentemente, en representaciones físicas de pequeñas "paraditas" o establecimientos saludables para jugar horas y horas con ellos. No descubro nada nuevo, desde luego, ya que lo único que quiero hacer es recordar a las jóvenes familias que animen a sus hijos a hacer lo que siempre han hecho los niños: jugar a cocinitas (saludables); o en este caso, jugar a recorrer con gusanitos sonrientes los agujeros de una pera....de madera.
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